Microsoft y Apple por ahora no son capaces de crear un
navegador web lo suficientemente rápido, capaz y estable. Mientras, Mozilla
Firefox y Google se enfrentan en una batalla por ganarse la confianza de los
usuarios. En ojoalared repasamos la situación de los navegadores web.
Parecía difícil la tarea de “despegar” a los usuarios de su
querido Internet Explorer de Microsoft, navegador que ha sido y es, el más
usado y popular, principalmente por formar parte del propio sistema operativo
Windows, hecho que le ha costado varias demandas a Microsoft. En cambio, la
falta de optimización, una interface que nunca ha acabado de mejorar y la
salida de nuevas opciones hicieron que Internet Explorer perdiera gran parte de
usuarios.
El caso de Apple es bastante similar, salvo porque la
apariencia de Safari es más lograda pero su funcionamiento, incluso más
ortopédico que Internet Explorer.
Estos hechos lanzaron a la tomar la red a nuevas empresas y
grupos con el fin de desarrollar un navegador verdaderamente eficaz.
Ciertamente no es algo nuevo, desde que empezó a popularizarse internet
existieron alternativas con cierto éxito, la más destacable sin lugar a dudas en un principio fue Netscape.
Netscape supo “colarse” en muchos hogares y oficinas como
principal navegador web, pero fallos graves en su versión 4, hicieron que
rápidamente Internet Explorer se hiciera con una cuota de usuarios del 97%.
Desde entonces si se deseaba que una web funcionara correctamente, la única
cuestión era basarse en el funcionamiento de esta en Internet Explorer, ya que
no existía una competencia real.
Por suerte para todos en noviembre del año 2004 la Fundación
Mozilla lanzó Mozilla Firefox, poco a poco el navegador fue conquistando a
usuarios que lo probaban y quedaban sorprendidos por el buen hacer en relación
a Internet Explorer, aunque en sus principios, no era demasiado raro toparse
con alguna web que no funcionase plenamente. A pesar de esto, muchos usuarios
lo mantienen como segundo navegador con esperanzas de que con actualizaciones
mejorase. Así fue, la versión 2.0 de Mozilla Firefox introdujo novedades tan
prácticas como la navegación por pestañas, corrector ortográfico y corrigió
muchos de los problemas de compatibilidades que sufría. En las posteriores
versiones Mozilla Firefox no dejó de mejorar, incorporando siempre mayor
funcionalidad y muchas posibilidades que
contentaban a los usuarios como temas, plugins, cumplimiento de las
especificaciones de HTML5 y CSS3, etc… Estos hechos fueron calando hondo en
muchas de las personas que lo probaban, y Mozilla Firefox consiguió hacerse
verdaderamente popular. En muchos países
Firefox logró cuotas de mercado por encima del 30%, lo cual es todo un logro.
Mientras tanto, en 2008, saltó a escena Google con su navegador Chrome, el cual rompía
esquemas por su rapidez y simpleza, pero tenía ciertos problemas de
compatibilidad y para la mayoría de usuarios que no usaban Internet Explorer,
ya estaban muy acostumbrados al uso del programa de Mozilla. Aún así casi instantáneamente
consiguió una valiosa cuota del 1%.
Google no ha perdido el tiempo desde que lanzará la primera
versión de Chrome, y en estos casi tres años ya ha lanzado 14 versiones que han
mejorado notablemente el funcionamiento y cualidades del navegador. Además
Google intensificó su publicidad sobre Chrome. En los últimos meses es fácil
encontrar todo tipo de banner acerca de Chrome e incluso anuncios en video en
youtube. Esto no hacía más que confirmar que Google no pretende rendirse y
tratará de ampliar su cuota a toda costa.
En estos últimos tres años Firefox en cambio parecía estar
estancado, su funcionamiento era bastante bueno, pero seguía teniendo algunos
detalles que limar y en cambio las actualizaciones habían frenado casi en seco.
En Mozilla se dieron cuenta de esto, y en 2011 lanzaron su versión 4.0, la cual
supuso un cambio drástico. La velocidad aumentó considerablemente y tenía una
interface de uso opcional, claramente inspirada en Google Chrome. Muchos
usuarios rechazaron en una primera instancia algunos de los cambios realizados
en el programa, pero pronto pudimos comprobar nuevas versiones 5.0, 6.0 y recientemente
la 7.0. Todas estas nuevas versiones no hacen más que intentar acercar su
uso a la simplicidad y velocidad que en principio muchos usuarios
desecharon de Google Chrome, sin perder por el camino su buena funcionalidad.
Si hoy día tenemos que escoger un navegador, tendría que
seguir siendo Mozilla Firefox 7, el cual funciona bastante bien, tiene unos
consumos de memoria mucho más ajustados que en anteriores versiones y una
velocidad mejorada. El problema se sucede cuando probamos la última versión de
Google Chrome y nos entran las dudas gracias a su extrema rapidez y su mínima
interface que facilitan la visualización de las webs. De hecho el único inconveniente
que nos puede presentar Google Chrome con respecto a Firefox son algunos
problemas de compatibilidad puntuales y que estemos acostumbrados a realizar un
uso continuado a algún plugin de Firefox no disponible en Chrome.
Por el resto parece que estemos asistiendo a un combate en
el que Firefox empieza a sentirse entre las cuerdas. Ya no es Google la que
entrando en el mercado necesita fijarse en que tienen los demás, sino que la
situación se ha invertido y ya es Mozilla quién mira de reojo a Google para ver
que traman. Este significativo hecho deja claro quienes tienen la sartén por el
mando hoy día, aunque también es verdad que Firefox cuenta con la ventaja de
seguir contando con una cuota bastante ventajosa, que de saberla defender,
pueden permanecer muchos años más.
No es fácil definir unas cuotas de mercado perfectamente
definidas sobre el uso de los navegadores web, pero la últimas estimaciones
mundiales, arrojan unos datos de un 45% para Internet Explorer, un 28% para
Firefox y un 20% para Chrome, quedando un 7% para otras opciones como Safari u
Opera.
No sabemos qué ocurrirá en los próximos meses, pero parece
que por ahora las tendencias más recientes nos dejan entrever un continuo
descenso de Internet Explorer, una posición estable por parte de Mozilla
Firefox y una tendencia claramente ascendente para Chrome.
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